La Ley 21.719 nos ofrece una gran oportunidad: el manejo de la información deja de ser un simple requisito administrativo y pasa a convertirse en un eje central de la estrategia corporativa. Cumplir con la normativa evita sanciones económicas significativas, pero además abre la posibilidad de fortalecer la reputación y la confianza digital de las organizaciones.
Para las empresas, el verdadero desafío no está únicamente en proteger los datos personales y cumplir con los estándares mínimos que exige la ley, sino en transformar ese cumplimiento en un atributo de valor frente al mercado. Hoy, clientes y socios prefieren relacionarse con compañías que demuestran responsabilidad en la gestión de la información, transparencia en sus procesos y un compromiso real con la privacidad.
Un enfoque estratégico implica integrar la ciberseguridad, la gestión de riesgos y las políticas de compliance en una misma hoja de ruta. Esto no solo garantiza la protección de datos sensibles, sino que habilita nuevos modelos de negocio digitales más seguros, confiables y escalables. De esta manera, lo que comienza como una obligación regulatoria se convierte en una ventaja competitiva sostenible.
Además, en un escenario donde las filtraciones y ciberataques afectan la continuidad operativa y la reputación de las empresas, demostrar cumplimiento con la Ley de Datos Personales se traduce en un sello de garantía frente a clientes, inversionistas y entes reguladores. No es solo una inversión en legalidad, es una inversión en resiliencia y confianza.
Las organizaciones que entiendan la ley como un aliado estratégico estarán mejor posicionadas para competir en la economía digital. En lugar de verla como un costo, las compañías que adopten este enfoque podrán fortalecer su marca, diferenciarse en el mercado y asegurar relaciones de largo plazo basadas en la confianza.
Antes de pensar que tu empresa está lista frente a la nueva normativa, pregúntate:
Si alguna de estas respuestas es “no” o “no lo sé”, tu empresa aún tiene un camino importante que recorrer. Y cuanto antes lo inicies, menor será el costo, el riesgo y mayor el impacto positivo en la confianza digital de tu organización.